El retraso de la ampliación del aeropuerto internacional de Roatán: una promesa que no se ha cumplido para los isleños

El Gobierno de Xiomara Castro aseguró que la remodelación del Aeropuerto Juan Manuel Gálvez estaría lista para noviembre. Hoy, 18 de noviembre, esa meta no se cumplió. La obra sigue lejos de estar terminada, y el impacto se siente especialmente ahora que la temporada alta del turismo coincide con lluvias intensas. Hace unas semanas el aeropuerto se inundó durante las intensas lluvias. En pleno siglo XXI, Roatán continúa recibiendo viajeros en un aeropuerto sin mangas, obligando a los pasajeros a mojarse para abordar o entrar a la terminal, algo que ningún destino turístico competitivo debería permitir.

El proyecto, financiado con 700.7 millones de lempiras de fondos nacionales, prometía cambios importantes: ampliar de cuatro a seis puertas de embarque, aumentar la capacidad de sillas en salas de espera de 402 a 1,268, pasar de 72 a 128 estacionamientos, expandir los locales comerciales de cuatro a 16 y duplicar los mostradores de chequeo de ocho a 28. Además, una vez finalizado, el aeropuerto debería estar preparado para recibir hasta 15 aerolíneas, el doble de las que operan actualmente.

Sin embargo, gran parte de estas mejoras no están listas. En el edificio antiguo, apenas se ha completado un tercio del área de baggage claim (maletas), y los plazos oficiales han ido perdiendo credibilidad. En mayo de 2025, las autoridades afirmaron que la obra estaba terminada al 90%, pero los avances visibles no coinciden con esa cifra. De hecho, varios arrendadores de locales dentro del aeropuerto aseguran que el gobierno les comunicó que, como mínimo, podrían instalarse hasta febrero de 2026.

La falta de mangas, los retrasos constantes y la desconexión entre lo anunciado y lo ejecutado dejan a Roatán —uno de los destinos más importantes del país— con un aeropuerto que no corresponde a su potencial turístico ni al presupuesto invertido. Y mientras tanto, miles de viajeros siguen lidiando con una infraestructura incompleta que ya debió estar funcionando.